
A veces empieza con unas rojeces en los pliegues. O con un picor que no cesa, justo antes de dormir. O con una piel que parece enfadada sin razón.
Y lo primero que piensas es: “¿Qué he hecho mal? ¿Serán las sábanas? ¿Le abrigo mucho? ¿Una alergia? ¿Los nervios?”
La dermatitis atópica en bebés y peques suele llegar sin avisar. Y cuando lo hace, trae consigo más dudas que certezas.
Porque no es solo una cuestión de piel: es esa sensación de no saber cómo calmar a tu hijo o hija, explicarle por qué sucede, que no se preocupe… mientras por dentro tú también tienes esa inquietud.
En este artículo vas a encontrar respuestas, sí, pero también calma.
Vamos a contarte cuáles son las causas reales de la dermatitis atópica infantil.
Y cómo puedes estar al lado de tu peque con tranquilidad y con el cuidado natural que su piel (y tú) merecéis. ¡Vamos allá!
¿Qué es la dermatitis atópica infantil?
Empezamos tranquilizándote, porque la dermatitis atópica (DA) es la afección cutánea más frecuente en la infancia.
Según la SEICAP (Sociedad Española de Inmunología Clínica, Alergología y Asma Pediátrica), alrededor del 30% de los bebés presenta síntomas en su primer año de vida.[1]
Y en niños más mayores, los datos más recientes muestran que el 6% de los niños y el 8% de los adolescentes españoles conviven con esta condición crónica de la piel.[2]
Pero más allá de las cifras, si has llegado hasta aquí es probable que ya hayas notado algo en su piel.
Sequedad persistente, rojeces que no desaparecen, un picor que impide dormir del tirón.
La dermatitis atópica suele manifestarse así:
- Piel muy seca, que a menudo se descama.
- Zonas enrojecidas en mejillas, brazos o piernas.
- Picor constante, que suele empeorar por la noche.
- Pequeñas grietas en los pliegues, como detrás de las rodillas, en los codos o en las orejitas.
Estos síntomas aparecen en forma de brotes: momentos más intensos y otros más suaves. Pero incluso en los días tranquilos, la piel sigue mostrándose vulnerable.
Si quieres saber más sobre cómo detectar los primeros signos, te recomendamos nuestro artículo con el test de primeros síntomas de dermatitis.
Causas de la dermatitis atópica infantil
Aunque no hay una única causa clara, hoy sabemos que hay varios factores que influyen en la piel atópica. Algunos vienen “de fábrica”, otros tienen que ver con el entorno, y otros, con cómo responde el cuerpo del peque a las pequeñas cosas del día a día.
Aquí te explicamos, con calma, cuáles son las principalescausas de la dermatitis atópica infantil.
1. Genética: cuando hay antecedentes en la familia
La dermatitis atópica suele tener una base hereditaria.
Si los progenitores tenéis antecedentes de dermatitis, alergias, asma o rinitis alérgica, es más probable que vuestro hijo o hija también desarrolle esta condición.
Las estadísticas sobre DA muestran que el riesgo aumenta hasta un 39% si hay antecedentes en familiares de primer grado, y hasta un 77% de coincidencia en gemelos idénticos.
Esto da una pista clara: la piel ya nace con cierta sensibilidad.
2. Una barrera cutánea aún inmadura
La piel de los peques es naturalmente más delgada, permeable y frágil que la de un adulto.
En la dermatitis atópica, esta barrera natural está aún más comprometida: pierde hidratación con facilidad y deja pasar irritantes externos.
Por eso, incluso el viento frío, el calor seco o el roce de una prenda pueden desatar un brote.
3. Irritantes invisibles en el entorno
El entorno actual (más urbano, más químico, más acelerado) influye mucho.
Cosas tan cotidianas como el detergente de la ropa, los perfumes, la contaminación o incluso el exceso de higiene pueden irritar la piel atópica.
Incluso en zonas con más humedad o lluvia, como el norte de España, la prevalencia es mayor que en zonas soleadas.
¿Conclusión? El entorno y el clima son otro factor de la dermatitis atópica.
4. Emociones a flor de piel
Sí, el estrés también influye, incluso en los más pequeños.
Cambios de rutina, guarderías nuevas o agendas intensas pueden hacer que el sistema inmunológico reaccione con más fuerza ante estímulos que normalmente no serían un problema.
A veces, los brotes coinciden con momentos emocionalmente más movidos.
Y no es casualidad.
5. Alimentación y microbiota
Aunque no es una causa directa, ciertos hábitos alimenticios o un intestino inflamado pueden favorecer la aparición o el empeoramiento de los brotes.
En algunos peques, los lácteos, el gluten o ciertos procesados pueden actuar como desencadenantes. Puedes consultar aquí nuestra guía de alimentos que sí (y que no) para la dermatitis atópica.
En resumen
La dermatitis atópica infantil es una condición multifactorial, con una base genética y una serie de desencadenantes que varían en cada caso.
Nuestro consejo siempre es el mismo: Si después de leer este artículo, sospechas que tu peque puede tener piel atópica, es esencial acudir a vuestro pediatra para obtener un diagnóstico preciso.
Y si la dermatitis se confirma: no te preocupes.
Es una afección que, en la mayoría de los casos, remite con la adolescencia, igual que llegó: sin avisar.
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Referencias:
[1] Aeped. «Dermatitis atópica», por Mercedes Escarrer Jaume, M.ª Teresa Guerra Pérez. Protoc diagn ter pediatr. 2019 <https://www.aeped.es/sites/default/files/documentos/11_dermatitis_atopica.pdf>
[2] Campus Sanofi. «Epidemiología de la dermatitis atópica», por Campus Sanofi. Modificado el 10 de febrero de 2023 <https://pro.campus.sanofi/es/dermatitis-atopica/articulos/epidemiologia-dermatitis-atopica>
