El verano llega con ganas de sol, chapuzones y pasar todo el día “a remojo”. Pero si tu peque tiene piel atópica, puede que junto a la emoción, también aparezcan las dudas.
¿Le irá bien el agua del mar? ¿Y el cloro de la piscina? ¿Cómo adapto la rutina?
Sabemos lo que se siente. Porque cuando hay piel atópica en casa, los planes necesitan un poquito más de atención.
En este artículo queremos acompañarte con consejos prácticos, naturales y sencillos para que la piel atópica no se interponga entre tu familia y los días de verano.
La dermatitis atópica no coge vacaciones
La dermatitis atópica (DA) es una condición inflamatoria de la piel que afecta sobre todo a bebés y niños. Suele manifestarse en forma de piel muy seca, con picor intenso, rojeces y a veces pequeñas lesiones, sobre todo en pliegues, mejillas, brazos o piernas.
Lo más característico es que aparece en forma de brotes: momentos donde los síntomas se intensifican, seguidos de etapas más tranquilas… pero nunca del todo “desaparece”.
¿La causa? No hay una única. La genética, la inmadurez de la barrera cutánea, ciertos alérgenos o incluso el estrés emocional pueden jugar un papel. Pero si hay algo que sí sabemos con certeza, es esto:
- Los cambios de rutina y de entorno influyen. Cambiar de casa, de clima, de horarios o de hábitos alimentarios (muy típico en vacaciones) puede afectar directamente a la piel.
- Los brotes no se toman vacaciones. Aunque parezca estar “controlada”, la piel atópica sigue siendo vulnerable. Y factores como el cloro, el sudor, la sal o el calor pueden volverla más reactiva.
Por eso, en verano es importante adaptar los cuidados con cariño y prevenir, en la medida de lo posible, esos brotes que interrumpen el descanso de todos.
Consejos para ir a la playa con piel atópica
La buena noticia es que, en general, el agua del mar le viene de perlas a la piel atópica: está cargada de minerales con propiedades calmantes, antisépticas y antiinflamatorias que ayudan a reducir la irritación.
Pero si la piel está con grietas o muy sensibilizada, puede escocer un poquito.
Como siempre decimos en Kaalm Organics, cada piel es única… Y lo mejor siempre es escucharla y acompañarla de estos cuidados:
1. Baños breves
El agua salada puede tener un efecto calmante, pero en contacto prolongado también puede resecar. Lo ideal es disfrutar de baños cortos y aclarar después con agua dulce para eliminar restos de sal.
2. Proteger la piel antes del sol
Aplica protector solar específico con alta protección, sin perfumes ni alcohol. Por ejemplo, la crema solar Kids de Freshly está formulada específicamente para peques con piel atópica.
3. Emolientes antes y después
Hidratar bien antes de ir a la playa ayuda a reforzar la barrera cutánea. Y al volver, es esencial aplicar una crema calmante (como Little Miracles) sobre la piel limpia y seca para restaurar la hidratación y calmar posibles irritaciones.
4. Protege del roce con la arena
Si tu peque se pasa horas retozando en la arena, puedes optar por una camiseta UV para evitar el roce directo en zonas sensibles.
5. Elige bien el sitio
Busca playas con acceso a duchas para poder aclarar la piel tras el baño. Y si el entorno es muy ventoso o seco, limita el tiempo de exposición o crea una pequeña zona de sombra.
6. Lleva un kit “SOS brotes”
Un neceser con su crema habitual, agua termal, pañuelos suaves y ropa de recambio puede ser tu gran aliado ante cualquier irritación inesperada.
Consejos para ir a la piscina con piel atópica
La piscina puede ser un pequeño reto para las pieles atópicas. Y es que el cloro, aunque necesario para mantener el agua limpia, tiene un pH ácido que no es el mejor amigo de la dermatitis.
La buena noticia es que con algunos consejos, la experiencia puede ser mucho más amable (y disfrutona) para su piel.
1# Evita el primer baño del día
El cloro suele estar más concentrado a primera hora. Si puedes, espera a que el agua se haya movido un poco y el nivel se estabilice.
2# Aclara bien tras el baño
Al salir del agua, enjuaga el cuerpo con agua dulce. El cloro que queda en la piel sigue actuando si no lo retiramos, y puede aumentar la sequedad o el picor.
3# Vuelve a hidratar
Una vez seca la piel (con toques suaves, sin frotar), es momento de aplicar una crema calmante específica como Little Miracles. Este paso ayuda a hidratar y evita que la piel quede “tirante” o irritada.
4# Mejor al aire libre que cubierta
Las piscinas exteriores suelen tener menos concentración de cloro en el ambiente. Si puedes elegir, opta por espacios abiertos, bien ventilados y con sombra cerca.
Rutina post-baño para calmar la piel
Después de un día de playa o piscina, llega el momento del cuidado posterior.
Aquí tienes una rutina sencilla pero muy poderosa para mimar la piel atópica de tu peque después del agua:
1. Ducha fresquita
Lo primero es una ducha fresquita (¡que no fría!) para eliminar restos de sal, cloro o arena. Mejor si es corta y con un gel específico para piel atópica: sin perfumes, sin sulfatos, y con pH neutro.
2. Emoliente para piel atópica
Aplica nuestra crema para dermatitis atópica Little Miracles sobre la piel limpia y seca. Su fórmula natural hidrata en profundidad, alivia el picor y ayuda a restaurar lo que el cloro o el sol hayan podido alterar.
3. Ropa que acaricie, no que apriete
Opta por prendas sueltas, transpirables y de tejidos naturales como el algodón o el lino. Nada de costuras duras ni tejidos sintéticos: menos roce, menos riesgo de irritación.
4. Crea un pequeño ritual de bienestar
Transforma este momento en un hábito chulo: una bebida fresca, frutas jugosas como la sandía o el melocotón, un masaje relajante con crema, su música favorita… No solo calmarás su piel, también su ánimo.
Porque en Kaalm Organics, creemos que cada cuidado es una forma de amor.
Por eso formulamos Little Miracles con una delicada fórmula vegetal, 100% natural, que protege la piel dejándola hidratada, fresca y calmadísima.
Es tan eficaz que ha sido nombrada en tres ocasiones con mejor producto para piel atópica, en la sección de bebés y niños, en los Organics Clean Awards.
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